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El Jaguar en la Sierra Nevada de Santa Marta

El jaguar (Panthera onca) es mucho más que el felino más grande de América: es un depredador tope que regula las poblaciones de otras especies, evita desequilibrios en la cadena alimentaria y mantiene la salud de los ecosistemas. Su presencia es sinónimo de un entorno natural sano y equilibrado.

Uno de los territorios más importantes para la conservación de esta especie es la Sierra Nevada de Santa Marta, la montaña costera más alta del mundo, que se eleva hasta los 5.775 metros sobre el nivel del mar. Su biodiversidad es única y ha sido reconocida a nivel mundial como uno de los ecosistemas más excepcionales del planeta.

En sus bosques, ríos y laderas empinadas, el jaguar encuentra un hábitat vital que comparte desde hace siglos con comunidades humanas. Sin embargo, la permanencia de este gran felino en la Sierra Nevada depende de la conservación de los corredores biológicos que conectan sus territorios de caza y reproducción.

Para los pueblos indígenas de la Sierra Nevada —Koguis, Arhuacos, Wiwas y Kankuamos— el jaguar no es solo un animal. En su cosmovisión, es un ser espiritual y símbolo de poder y sabiduría, conocido como el “gran hermano” de los humanos. Se le reconoce como guardián de la naturaleza y garante del bienestar de todos los seres vivos.

Durante generaciones, estas comunidades han convivido en respeto mutuo con el jaguar, integrándolo a sus tradiciones y prácticas culturales. Para ellas, la presencia del felino es también un indicador de equilibrio ambiental y armonía en el territorio.

La llegada de la colonización transformó profundamente la Sierra Nevada. La tala de bosques para la agricultura y la expansión de la ganadería fragmentaron el hábitat natural del jaguar, alterando ecosistemas que habían sido preservados por siglos bajo la cosmovisión indígena.

Con el tiempo, el cultivo de café se convirtió en una de las principales actividades económicas de la región. Si bien el café bajo sombra puede integrarse con los ecosistemas y contribuir a la conservación de la biodiversidad, la expansión no controlada del cultivo, sumada a la deforestación, ha reducido la conectividad de los corredores biológicos que el jaguar necesita para sobrevivir.

Fundación ProCAT y el Proyecto Jaguar Friendly

Frente a estos desafíos, la Fundación ProCAT Colombia lidera un modelo innovador de conservación que combina ciencia, sostenibilidad y cultura. Su programa Jaguar Friendly busca proteger los corredores del jaguar al tiempo que mejora la calidad de vida de comunidades campesinas e indígenas.

Mediante la certificación de fincas cafeteras Jaguar Friendly, ProCAT promueve prácticas agrícolas sostenibles como el café bajo sombra, la restauración de bosques y el mantenimiento de la conectividad ecológica. Esto no solo contribuye a la conservación del jaguar, sino que también abre nuevas oportunidades de mercado para el café certificado, generando beneficios económicos para los productores locales.

Además, el proyecto integra los saberes ancestrales de las comunidades indígenas, construyendo un modelo basado en el respeto entre la ciencia moderna y la tradición. Así, la conservación del jaguar se convierte en un camino para fortalecer tanto la biodiversidad como la autonomía de los pueblos originarios.

Donde el jaguar encuentra un aliado en los cafetales de la Sierra Nevada.

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Nuestros Héroes

Diego Zárate

Fundación ProCAT Colombia

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