¡Gracias!
Tu colaboración nos ayuda a proteger a muchos más caimanes.
El Caimán Aguja
El caimán aguja (Crocodylus acutus) es una especie vulnerable en Colombia, amenazada por la caza ilegal, la pérdida de hábitat, la contaminación y los conflictos con humanos. Habita en diversos departamentos del país, especialmente en zonas costeras y manglares. Aunque estuvo al borde de la extinción en lugares como la Bahía de Cispatá, iniciativas comunitarias como Asocaimán han logrado recuperar su población. Gracias al trabajo conjunto entre ex-cazadores, científicos y autoridades, hoy existen planes de conservación y monitoreo que permiten vislumbrar una coexistencia sostenible entre humanos y caimanes.
El caimán aguja, venerable habitante de ríos estuarinos, manglares y humedales costeros, se encuentra en una encrucijada. La UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) lo ha catalogado como vulnerable desde 1994, tras haber estado incluido en la categoría de en peligro de extinción en los años ochenta y noventa.
Sus amenazas son múltiples: la caza ilegal y el comercio clandestino de pieles, la pérdida y fragmentación de hábitat por urbanización, agricultura y desarrollo costero, la contaminación del agua con desechos químicos e industriales, y la eliminación directa de ejemplares involucrados en conflictos con humanos. A esto se suma el cambio climático, con el aumento del nivel del mar y la alteración de las temperaturas de incubación, que comprometen la supervivencia de futuras generaciones.
En Colombia se distribuye ampliamente: Antioquia, Atlántico, Bolívar, Boyacá, Caldas, Cauca, Cesar, Chocó, Córdoba, Cundinamarca, Huila, La Guajira, Magdalena, Nariño, Norte de Santander, Santander, Sucre, Tolima y Valle del Cauca. Es uno de los cocodrilos más grandes del continente, alcanzando hasta 5–6 metros en los machos y 3–4 metros en las hembras. Los individuos que habitan aguas insulares salobres suelen ser más pequeños. Su nombre proviene del hocico puntiagudo —más delgado en los jóvenes y más ancho en adultos—.
De color verde-grisáceo, verde oliva o café grisáceo con franjas oscuras en el dorso y la cola, y vientre blanco-amarillento, este depredador tope tiene una dieta variada: juveniles consumen insectos, peces pequeños, moluscos y crustáceos, mientras que los adultos capturan tortugas, iguanas, aves y mamíferos.
En la región Caribe, cerca al PNN Tayrona, los encuentros con turistas y comunidades se han vuelto frecuentes. Para prevenir conflictos, se monitorean seis ríos en alianza con Corpamag, Parques Nacionales Naturales, Natural SIG y las comunidades locales, fortaleciendo así los planes de conservación y manejo del caimán.
Asocaimán
A comienzos de los 2000, el caimán aguja estaba al borde de la extinción en la Bahía de Cispatá. Un censo (1994–1997) registró apenas seis ejemplares en la zona. Ante esta crisis, en 2002 un grupo de 17 antiguos cazadores fundó Asocaimán, la Asociación Comunitaria para la Conservación del Caimán Aguja y su Hábitat Natural.
El proyecto contó con el apoyo científico de los biólogos Giovanni Ulloa Delgado y Clara Lucía Sierra Díaz, además de entidades como la CVS, el Ministerio de Ambiente (MADS) y el Instituto Humboldt. Se restauraron manglares y se diseñó un plan de uso sostenible con un objetivo claro: restaurar poblaciones viables y preparar el camino para una convivencia armónica entre humanos y caimanes.
El mayor logro fue el cambio cultural: cazadores que se transformaron en conservacionistas. Nelson Rosales, hoy vocero de Asocaimán, recuerda: “Fue muy difícil convencer a todos los compañeros para que dejaran de cazar”. Otro ejemplo es Éder Díaz, antiguo cazador que ahora lidera la incubación, monitoreo y liberación de caimanes, manejando protocolos científicos con rigor pese a no contar con formación académica formal.
Se implementaron nidos artificiales, recolección e incubación de huevos y liberación de juveniles de más de un metro de longitud. Desde 2004, se han liberado cerca de 14.000 ejemplares en la Bahía de Cispatá.
En 2016, la propuesta colombiana fue aprobada por consenso en la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas) para trasladar la población de Cispatá del Apéndice I al II, habilitando un manejo sostenible mediante rancheo y cría en granjas.
El proyecto ha recibido múltiples galardones:
Premio Gloria Valencia de Castaño (2011).
Premio Ambiental Caracol (2014).
Aprobación CITES para uso sostenible (2016).
Premio BIBO en la categoría Protectores de Especies (2020).
Ganador del programa A Ciencia Cierta del Ministerio de Ciencia (2021).
Además, se ha consolidado un modelo de ecoturismo comunitario en el que los visitantes conocen el proceso de conservación directamente de quienes lo lideran, integrando ciencia, cultura y educación ambiental.
Nuestros Héroes
Sergio Balaguera
(falta)
(falta)
Nidia Farfán
(falta)
(falta)
Otras especies
Los caimanes aguja no son la única especie en peligro a la que tenemos la posibilidad de ayudar. La pérdida de diversidad, junto con la contaminación, el calentamiento global y la inequidad, son los desafíos que hoy tenemos que enfrentar como humanidad. Descúbre qué otras especies puedes ayudar.
Aliados














































